"Arranjament" significa en castellano arreglo. Y esto es lo que pretende hacernos creer la Conselleria de Educación, que va a arreglar las cosas haciendo unos reajustes y adaptándolos a las necesidades de la ciudad, pero nada mas lejos de la realidad.
En este "arreglo" que se va a llevar a cabo en varios colegios de la provincia se contempla suprimir en el centro al que acuden nuestros hijos (Antonio Armelles), una unidad, lo que con el tiempo llevará a la supresión total de una línea entera.
¿Y que es una unidad y una línea?
Para que nos entendamos una unidad es una clase, concretamente pretenden suprimir una clase de 3 años para el próximo curso, ofertando solamente dos clases y no tres como actualmente, eso si con 30 alumnos en cada clase. Hemos de recordar que cuando empezó la educación infantil en 3 años la ratio era de 20 alumnos, después pasó a 25 y ya vamos por los 30.
Ya sabemos que muchos de nosotros éramos hasta 40 alumnos por aula, pero se trata de avanzar hacia adelante y no de retroceder, eso, si no queremos aportar más argumentos como por ejemplo el comportamiento que teníamos nosotros en las aulas, la autoridad que se le concedía entonces al profesorado, alumnado con necesidades educativas especiales, de integración, diferentes lenguas, etc.
Volviendo al tema la desaparición de una unidad este año, supone la desaparición de 3 y 4 años el próximo, 3, 4 y 5 al siguiente, para a continuar en primaria.
Para explicarlo en un lenguaje claro, desaparecerán las clases de la letra "C". Pero volvemos a insistir en que la "A" y la "B" estarán masificadas.
Al solo disponer de dos líneas, al colegio se le asignarán menos recursos suprimiendo (en el colegio) profesores de especial o de audición y lenguaje o reduciendo el personal de limpieza, cocina, etc.
Parte de este personal tendrá que ser recolocado, por lo que no se ahorrará mucho dinero, pero causará un trastorno a trabajadores que por ejemplo han adquirido sus viviendas cerca del centro.
Otros acabarán engordando las listas del paro, lo que perjudicará a la gente que ya está parada. Eso sí, habrán de recibir indemnizaciones, lo que tampoco aportará ahorro.
Además de la bajada en la calidad de la enseñanza por el aumento de alumnos por aula, que también puede verse afectada por la desmoralización de los trabajadores, se resentirán los negocios del barrio, como papelerías, panaderías, bares, etc. A su vez los propietarios de estos negocios al ver mermados sus ingresos, también harían menos gastos en otros negocios. Por ejemplo quizá podrían prescindir de celebrar los cumpleaños de sus hijos en los varios lugares de ocio del barrio.
Pero volvamos al tema más sangrante, la supresión de esta unidad supondrá la disminución de la calidad de la enseñanza a todos los niveles.
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